No me encajaban las piezas cuando vi el once inicial de UD Las Palmas el pasado domingo en Córdoba. Tres defensas, cinco centrocampistas y dos delanteros. Al principio pensé que sería un error. Con el paso de los minutos me di cuenta que iba en serio.
Juan Manuel Rodríguez había mezclado ron con tónica para sacarse de la manga una nueva bebida con la que agasajar a sus invitados en los aperitivos. Una bebida para adornar con pepino, limón o petalos de rosas. Un gin tonic que no conocen ni en las islas británicas. El truco consistía en agitar en una coctelera al equipo, y servir frío,en el césped del Nuevo Arcángel, una copa que alterara los planes de Paco Jémez.
Javi Castellano jugó de lateral derecho. Foto: AM Press |
Javi Castellano, la esencia del equipo durante toda la temporada, se sacrificaría y se adaptaría al lateral derecho, sabiendo este cambio ¡¡una hora antes del partido!!. Si querías sorpresa...toma dos copas. Al quedar descubierto el puesto de mediocentro, Juan Manuel Rodríguez quiso darle otra vuelta más al cocktail. Sería Javi Guerrero - un enganche contrastado en España - junto a David González - un mediapunta de reconocida calidad - los encargados de taponar el juego combinativo del Córdoba. Todo esto con Vicente Gómez sentado en el banquillo.
Jémez, en cambio, tiró de vulgar botellón. Una botella de Ron, dos colas, una bolsa de hielo y unos vasos de plástico del chino. Lo que lleva poniendo todo el año a fin de cuentas. Cuando bebes todos los fines de semana la misma mezcla, no suele sentar mal. Con el primer cubata, el Córdoba comenzó a animarse con ocasiones claras sobre la portería de un sobrio Barbosa, avisando de una futura tragedia.
El resto de la marcha ya la conocemos todos. La UD Las Palmas se vino de la tierra de los califas con una resaca monumental, que a día de hoy todavía deja secuelas. Es lo que tiene beber de garrafón.