Guayre en un entrenamiento. Foto: Carlos Díaz-Recio |
De la calidad de Guayre no voy a hablar, y mucho menos a dudar o criticar. Sinceramente pienso que no soy quién. No para hablar del talento de un chico que despuntó en la UD y partió hacia Villarreal para codearse con los grandes de Europa. Allí fue un ídolo – incluso debutando con la selección nacional – y fue uno de los pilares del auge del submarino. Personalmente me parece un gran futbolista al 70% y uno de los mejores - si no el mejor - de Las Palmas cuando está a tope.
El club anunció antes de que la temporada llegase al final que para el siguiente curso no contarían con el ariete de la isleta. El futbolista dijo que no pensaba colgar las botas. Su única preocupación era, y sigue siendo, recuperarse de la lesión que arrastra desde hace casi dos meses.
Es cierto que no ha jugado prácticamente nada este año. Comenzó la temporada con fuerza y demostrando un buen nivel, marcando tres goles y dando varias asistencias. Pero el problema de Guayre radica en que es un futbolista propenso a las lesiones. Ya le pasó en Soria y en Vigo, donde las lesiones no le dejaron demostrar su talento.
Este curso ha sido, junto a Josico, el hombre que más lesiones ha tenido. Lo llamativo es que Guayre ha tenido distintas lesiones, y cuando se recuperaba de una lesión de abductor, se lesionaba del gemelo, luego del tobillo… Entre los aficionados amarillos se decía en tono irónico que “Guayre no jugaba porque estaba embarazado”.
Guayre ante el Albacete. Foto: Carlos Díaz-Recio |
La insistencia de Juan Manuel, y del propio Guayre a no decir adiós al fútbol, ha llevado a que UD Las Palmas le vuelva a dar un voto de confianza. El delantero podrá realizar la pretemporada, y si se recupera de la lesión podrá formar parte del equipo con una cláusula por la que cobraría por partidos jugados. Esta es la parte oficial.
Oficiosamente Guayre conseguirá dorsal si se recupera, si se pone a tono, pero sobre todo si Las Palmas no consigue un delantero de garantías, que dé un salto de calidad al equipo. Demasiados condicionantes en una misma frase, y muchos requisitos para que el isletero siga siendo jugador amarillo.
Las prisas no son buenas consejeras, y parece que en Pio XII ya escarmentaron de los errores del pasado. No se va a fichar a lo loco y sin que el fichado en cuestión supere con creces lo que hay en la cantera. Guayre no obstaculizará la progresión de Cristian Herrera – delantero del filial – y el coste de su ficha no será un problema económico para Ramírez.
La vida da siempre segundas oportunidades. M.A.R. le vuelve a dar otra ocasión a Guayre. ¿Será esta la definitiva? Dos meses por delante para despejar esta duda.