Las Palmas empató un partido que mereció ganar, pero casi pierde ante un Almería que casi gana, pero acabó pidiendo la hora. Así de bonito es este deporte llamado fútbol.
Javi Guerrero y Momo. Foto: Carlos Díaz-Recio |
Ayer los aficionados que fueron al Gran Canaria, registrando la mejor entrada de la temporada, salieron rascaos con un resultado que dos horas antes todos hubiésemos firmado, pero contentos con la imagen del equipo. Las Palmas fue el equipo que la afición pedía. Un conjunto organizado y, por encima de todo, atacante. Una de las máximas del fútbol - un tópico diría yo - es aquello de "La mejor defensa es un buen ataque". El Almería consiguió un punto gracias a dos regalos de la defensa y un gran jugador llamado Leo Ulloa, que hizo dos goles y nada más.
Desde el primer minuto el amarillo se colgó la medalla de favorito y atacó constantemente la portería del Almería. Por la bandas dos puñales, Vitolo y Momo, y por el centro ese chico que, aún pasando su peor racha, es un gustazo verle jugar. Si, hablo de Jonathan Viera. Todo esto es posible gracias al talento de David Glez y al sudor de Javi Castellano. Ruyman y Pignol, no sólo están en su mejor momento defensivamente hablando, sino que se atreven a galopar la banda como si de Alves y Roberto Carlos se tratase.
Viera ante tres contrarios. Foto: Carlos Díaz-Recio |
Ayer jugaron todos bien. El único lunar fue la indecisión entre David García y Barbosa, que costó un gol.
El Tourmalet amarillo finalizará el próximo sábado en Zorilla ante el Valladolid y, hasta ahora, se ha saldado, en lo matemático, con 7 puntos de 9 posibles, y en los deportivo, con muy buenas sensaciones. Ha vuelto el buen juego. Ha vuelto la ilusión a la grada y así, es más fácil ganar los partidos y soñar con "algo mejor".
Sólo espero que Juan Manuel Rodríguez y sus muchachos sigan por el mismo camino. La línea recta de juego que lleva el equipo nos hace soñar. Porque "perder" así, duele menos.