domingo, 4 de septiembre de 2011

Una victoria en un día extraño

Sobre el partido de ayer diré que fue muy extraño. Ciertamente el día en general fue muy extraño. En lugar de sentarme en la cabina número 27 del Estadio de Gran Canaria me acomodé en la silla de diario de la emisora, porque la LFP ha decidido que así mola todo mucho más. No pude ver la cara de los suplentes. Gloria, mi compi de pie de campo, no pudo decirme a que olía el césped - en muy mal estado por cierto -, pero sobre todo no me sentía en mi habitat natural.
Cuando comenzó me extrañó que no jugase Vicente, un fijo para Juan Manuel. A los 17 minutos me extrañó que Amoedo Chas decidiera ponerle salsa al encuentro expulsado a Herner por una dura falta, quizás con un color amarillo-anaranjado, pero sólo eso.
Muchas cosas se salían del guión. La gente se puso nerviosa, los periodistas también, posiblemente a los jugadores les inquietó la situación - nunca lo sabremos al no tener micrófono inalámbrico -, pero el único que tuvo la mente fría fue Juan Manuel Rodríguez. A veces he sido muy crítico con él. Hoy no es el día. El técnico de Las Alcaravaneras demostró ayer que sabe actuar en situaciones límite.
Gol de Jonathan Viera. Foto: Carlos Díaz-Recio
El Alcoyano pudo llevarse un saco si UD hubiese jugado con once, de eso no tengo duda. Es un equipo simple - más que un bocadillo de miga - que pasará apuros para salvar la categoría. Pero diez contra once es otra historia. Los valencianos se conformaban con el empate desde que aterrizaron en Gran Canaria. Juan Manuel se dio cuenta y, tras ajustar la defensa - poniendo a Javi Castellano de central - buscó más mordiente arriba. Arriesgado fue poner a Viera y David González de mediocentros y sacar a Quiroga, pero dio resultado, porque a veces el fútbol es justo con el equipo que quiere ganar.
Salió bien. Hoy sí. Ante el Alcoyano sí, pero ¿podremos ganar con diez a equipos de verdad?

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